lunes, 16 de julio de 2012

Y donde queda ese lugar llamado Hogar?


Creencia es el estado de la mente en el que un individuo tiene como verdadero el conocimiento o la experiencia que tiene acerca de un suceso o cosa” –Wikipedia



Por muchos años de mi vida, cuando la palabra hogar aparecía frente a mí, la imagen del portarretrato con papa, mama, mis hermanos y yo; aparecía desde mis recuerdos más profundos  haciendo que inmediatamente asociara el construir un Hogar con el estereotipo de el matrimonio, los hijos y la casa. Por muchos años esta creencia, como el cuento de la rana, me hizo rebotar más de mil veces con el muro que implicaba vivir con esta; ya que en paralelo una de mis creencias más fuertes era el “volar y volar por el mundo libremente”, por lo tanto era un doble conflicto, por un lado; el construir un Hogar era impensable a no ser que llenara antes todos estos requisitos previos, como el esposo, los hijos, la casa, la foto, el portarretrato y el “fueron felices para toda la vida”; y por el otro uhmmm pero y ¿Cómo se sigue siendo libre y feliz con todo ese paquete contigo?.

Así que crecer, para mi implico empezar a desojar la cebolla, una capa a la vez, ya que primero había que reconocer que protección y la libertad, en vez de competir, podían vivir juntas en un mismo Hogar; y Si! Como dice una amiga en criollito “Veeeeee pero la mía es LA Cebolla” jajajajajaja… Pues si, cada etapa que avanzamos, cada meta, cada relación nos sigue desafiando a ir quitando una capa más de esa cebolla, que ya sea en cámara lenta o acelerada te impulsa a llegar al meollo del asunto. Por esa misma dualidad, entre libertad y fotografía, es que me he mudado aproximadamente 15 veces desde que tengo uso de razón; si hablo de las últimas ocho que están directamente a mi cargo, cada vez que la palabra casa aparecía, la búsqueda de la misma coincidía con  algún estres y conflicto ya que me costaba reconocer que esa necesidad de "hogar" era personal, privada y relacionada con la búsqueda de un espacio propio, de libertad y de comodidad que implicaba para mi, una sensación de seguridad y autoprotección.

Sin embargo, me di cuenta que por más lugar físico, paredes, comodidad, el hogar tenía otro significado; primero se trataba de mí, no de otros, se trababa de mirarme y reconocer que en otro escalón, mi hogar soy Yo, la seguridad de mis talentos, la fuerza de mi constancia, a mis proyectos, a mis sueños, la lealtad a mi amor propio, el poder valerme por mis propios recursos, el construir de cero, de sostenerme por mis propios pies, de no cargar a nadie, de tener la libertad para redescubrirme y reinventarme; para mí era lo que debía llenar primero, y solo así, solo allí, luego poder compartir y construir un Hogar para una pareja y unos hijos. Paradójicamente, viviendo en Toronto, me mude también, por tres meses decidí la experiencia de vivir con una familia Canadiense, la casa, el cuarto y la “privacidad” fueron de esas comodidades que me hicieron decidir una y otra vez quedarme allí; sin embargo, peleas, gritos, no poder disfrutar de un domingo sin hacer nada, sensación de no tener un espacio para recuperar energía y el cuidado excesivo de ver lo que hacía o no, a la final me dejaron exhausta.

Además, me dejo la confirmación de que Hogar no es un lugar físico donde la comodidad yace, hogar es una sensación que te acompaña, un espacio que empieza a crearse en el corazón y con una calidez que es la que te permite ser paciente, tolerante o amable contigo y con los que contigo viven. Hogar para mí, Gracias a este tiempo y a punto de mudarme a mi propia casa, también ha sido un proceso de seguir reconociendo en mi corazón, a mi propio Espíritu creador; así que esta próxima mudanza me regalo la bendición de reencontrarme con mi verdadero Hogar. “Ese rincón donde mi espíritu tiene lugar, donde mi mente se serena y encuentra un orden, donde mi corazón sabe con certeza, que todo ciclón pasa, donde me siento protegida a pesar de mis miedos, donde siento el refugio de mi alma ante las tormentas y donde solo SU calidez me alimenta con la fuerza del Amor, para seguir avanzando”.

“Cada quien tiene una forma particular de matar las pulgas”, dicen en mi pueblo y aquí entre muchas culturas diferentes me doy cuenta que los Hogares empiezan a construirse cuando Respetamos la individualidad, es decir, tu y yo somos iguales y también diferentes a la vez; cuando empezamos a ver en nuestros espejos y creencias podemos reconocer nuestras heridas; más definitivamente, hay quienes vinimos a viajar solos, con el reto de reencontrarnos con el “Hogar” y así darnos el regalo de abrir ese espacio para vivir nuevas alianzas y acuerdos; hay otros que viajan en comparsa o dúos, con el reto de transformar ese espacio conocido u “Hogar” y abrir la puerta para reconocer explorar que eres un ser creador e independiente. La pregunta es, donde estas tu? Que es Hogar para ti? Como se construye? Donde empieza? Cuando termina? O si el tipo de Hogar es el que realmente deseas vivir o una secuencia de frustraciones por lo “que deberías” vivir?

“Y solo una palabra tuya bastará para sanarme” es una frase famosa en la Biblia, porque es así como empieza todo; nuestras palabras estás directamente relacionadas a las creencias que hemos ido acumulando y apegándonos en el camino, y a la vez son nuestras emociones producto de nuestros pensamientos también. Así Hogar también es ese espacio donde conservas tu energía, si vives pensando en alguien día y noche, por apego botas tu energía vital y a la final el cansancio por no mencionar el peso que cargas en el otro, tampoco te deja disfrutar de tu Hogar. Tiempos de cambios siguen llegando y todo lo que por apego ha estado en nuestras vidas, de manera drástica ha de desaparecer, si es que nuestro anhelo es seguir construyendo de otra manera. En nuestro hogar nacen por repetición inconsciente, todos los patrones que hoy marcan también nuestras creencias limitantes o potenciadoras con respecto a la Pareja, al ser padres, al dinero, al crecer, al relacionarnos; a todo!; parte de honrar es saber que ellos hicieron su mejor trabajo, pero también es tiempo de reconocer que eres grande también y que hay otras creencias potenciadoras esperando por tí, otros lentes que te lleven a ver la realidad desde otra perspectiva. Entonces, que parte de ese Hogar, debe transformarse YA, para vivir auténticamente? Que maletas deben ser ya abiertas, depuradas y cuidado si no desocupadas, para que nuevas experiencias lleguen? Es tu hogar, ese corazón capaz de sostenerte en estos cambios? Estás list@ a construir este espacio? Estás list@ para tí?

“Volver al hogar es sinónimo de tomar refugio en nosotros mismos, es tomar contacto con nuestras emociones, percepciones y pensamientos, juntos con reconocerlos y hacer la práctica de aceptarlos, es percibir nuestra capacidad natural de estar y sentirnos vivos. Volver a nuestro hogar es sinónimo de darnos cuenta que la vida transcurre aquí.”-IGNACIO FERNANDEZ¹

“Una pareja se logra cuando toma su fuerza y su prioridad frente a sus hijos, preservándolos de las discusiones y desencuentros; cuando está bien anclada en el reconocimiento de las familias originales y cuando pueden desprenderse de éstas al punto de la que la nueva familia creada es, por fin, más importante que las parejas anteriores y que la familia de origen.”-  JOAN GARRIGA




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