viernes, 21 de junio de 2013

El Regalo del Silencio!


"Mi silencio les estorba. Yo era como botella al revés cuya agua no puede salir porque la botella está demasiado llena."- León Tolstói


Este escrito quiere pocas líneas, ya que reconozco el sobre-valorado peso que le hemos dado a las palabras, es esas falsas creencias que debemos hablar de todo, expresar todo lo que pensamos o sentimos, o que es mejor la radio prendida que hacer un poco de silencio. Es tanto lo que estamos pegados al ruido, que nos sentimos incómodos ante el silencio, ante el callar; pero con ello olvidamos que el silencio también lleva al escuchar y creo que se nos olvidó que el que calla, habla mucho más allá.   

En mi trabajo como terapeuta, he vivido el poder de las constelaciones familiares y no dejo de maravillarme como los hilos que unen a las familias y sus historias, tiene al silencio como factor común, algunos por creencias, otros por dolores, otros por juicios, otros por pasiones, pero todos por historia, la historia que une al mundo; ya que son espacios donde no hay lugar para las palabras y como compartía una amiga, que en su caso es uno de amor, decía que lo que siente por su nieto solo podía expresarse con un gran ufffff… así que, así de poderoso es.

Vengo de una familia donde unos parecen estar en eterna conversación y rochela, y los otros en eternos votos de silencio; vengo de crecer con las criticas y las especulaciones de los que hablan ante los que hacen silencio, vengo de saber que ambos silencios y palabras tienen un poder que marca y que en nombre de la “verdad” arrasa. Vengo de ver que los perfectos espejos se unen, ambas sangres en resonancia para hacer eco a la frustración de los que dejaron de hablar y de los que dejaron de escuchar. ¡Que forma esta tan misteriosa, la que espíritu nos tiene preparados para ver lo que no es evidente!

Pero ese silencio a veces es más profundo de lo que creemos, a veces nos invita a volver al pasado, a veces representa una emoción donde las palabras sobran; por esa razón, hoy honro, lo agradezco de corazón; a todos los que en mis raíces tuvieron que callar, honro sus dolores, sus historias, su fuerza en medio del silencio; porque los he visto y yo los he vivido con ellos.  Y en la honra de VER, llega el milagro; y escuchando el silencio de los que amamos, llegamos a su corazón, al respeto por sus vidas, por sus procesos, por su naturaleza, por sus dolores, por su propia fuerza y derecho a ser diferentes.

Esta semana ocurrió un milagro, de esos que vienen después de tanto silencio; los Rodríguez han tenido mucho de esa parte hermética que hablo y de pronto se abrió una puerta inmensa, mi padre creó un grupo en WhatsAap donde empezaron a reaparecer primos, reprimos y más tataraprimos que estaban perdidos en el silencio; ayer mientras conversaba con una tía, nos maravillábamos de los días que tenían como locos y paraulatas, encadenados a cuentos, fotos y aperturas con este centenar de personas, que no sabíamos que existíamos con la misma sangre.

Los árboles genealógicos se abrieron y nos reíamos que nadie entendía de quien era nieto, hijo o primo; y por eso hoy más que nunca comprendo que el silencio pesa tanto que una familia entera estuvo aislada, honrando la historia. A mis bisabuelos,  abuelo y tios-abuelos doy Gracias porque después de tanto silencio bendijeron el reencuentro, abrieron las puertas para mostrarnos como floreció el fruto de tanto silencio y amor.  

“El sentimiento más profundo se revela siempre en el silencio"- Marianne Moore

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